Nuestro Sistema Familiar de Origen está en nosotros, sin importar dónde o cómo, estemos nosotros…
Basta con integrarme a él por el solo hecho de reconocerme parte, cualquiera sea el momento, para renacer a mi propia vida.
Tomando esa fuerza que viene del sistema familiar de origen, que despreciaba tal vez inconscientemente, o que no sabía poseer…
Es que para dar el paso al cambio, hay que animarse a lo nuevo, a lo desconocido hasta el momento, porque seguir lo de siempre, es seguir igual, sin cambiar…
No es nuevo de donde vengo, lo que es nuevo, es que nunca lo reconocí…
Siempre cuestioné, no valoricé, no vi el esfuerzo puesto…
Es este darme cuenta lo que me da la pertenencia, lo que me permite ser imperfecto, lo que me da libertad…
Así, tomo mi vida sin un deber ser, revalorizo lo que tengo y me pertenece legítimamente, solo por herencia… MIS LUGARES, MIS AFECTOS, MIS HABILIDADES, MIS VALORES Y MI PROPIO SER, QUE TRASCENDERA LA MATERIA CON MIS APRENDIZAJES, PERO NO CON MIS CONFLICTOS…