El espíritu es invisible a los ojos y se convierte en visible, cuando me reconozco en el otro y veo en nosotros, la grandeza de la creación.
El Espíritu es esa parte pequeña del TODO y con él siendo yo, puedo ver que la sabiduría está más allá de la enfermedad y la miseria. Así puedo tomar mi enfermedad y/o mi miseria como aliada y sorprenderme con la sabiduría que “tengo” desde que me acompaña, o desde que la “tengo”…
Más allá de que me toque partir, o seguir. El reconocimiento de este aprendizaje que necesitaba tener, el insight de este aprendizaje en mi, hace la diferencia.
Lo importante, es esa sabiduría adquirida, ese conocimiento hecho carne en mí, el que me permite egresar de esta, la Facultad de la “VIDA”.
Por todo esto pido:
“Que cada Ser de este presente, alcance su iluminación, cualquiera sea el grado de dificultad que haya elegido vivir, para lograr su MAESTRÍA”.
Norma A. García “Zogi”