De los estudios hechos por Gerry Foster y muchos otros. Los mapas batimétricos y las cartas geográficas del fondo del océano pacífico, aprendemos que hay un apoyo geológico razonable, para la existencia de islas grandes y pequeñas así como la existencia del continente. Pero también hay apoyo geológico, que justifica su desaparición, sumergidas hasta el fondo del océano. La continua actividad de las placas tectónicas, históricamente hasta hoy, siempre.
Esta región es altamente inestable, rodeada por el llamado “anillo de fuego” de volcanes y regiones propensas a terremotos, donde las placas tectónicas chocan entre si, además de que existen cadenas de montañas en el fondo del mar, de las que casi la mayoría son volcánicas, también hay profundos abismos conocidos como las “fosas”.
Y la existencia de cámaras llenas con gases bajo tierra, que de pronto colapsan después de perder su presión de gas interna.
Son lógicas, razonables y creíbles, las afirmaciones de Churchward con respecto a la gran cantidad de elevaciones y hundimientos que ocurrieron en tan inestable océano.
Si se estudian las últimas descripciones del fondo del océano pacífico como si estuviera sin agua, se encontraría que es plausible que las cadenas de islas pudieron ser continuas sobre el nivel del mar extendiéndose entre mil y dos mil millas de longitud. El grupo de islas Midway y Hawai en el pacífico norte, que forman la cadena montañosa submarina de Hawai, es un típico ejemplo de lo que quiero decir.