¿Tienen alguna orientación especial, los Moais de Isla de Pascua?
Publicado por José Luis Santos Fernández 07/07/2008.
Un astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias Juan
Antonio Belmonte y un antropólogo de la Universidad de Chile Edmundo Edwards, desmienten la alineación de estos monumentos con respecto al sol.
Las enigmáticas esculturas de la isla de Pascua, los “Moais”, podrían estar orientados de forma consciente hacia determinadas estrellas, más importantes que el Sol para la civilización Rapa Nui, afirma en una entrevista a EFE el astrónomo.
Juntos, han hecho una reinterpretación arqueo astronómica de los Ahaus. Para lo que estudiaron unos 30 de esos emplazamientos.
Ahu, es la plataforma ceremonial donde se rendía culto a los ancestros. Construidas de piedras encajadas, forman la base donde luego se ubicarían los Moai.
Juan Antonio Belmonte precisa, que dada la cantidad habría que hacer un estudio estadístico en detalle, para verificar que se orientaban en función de la astronomía y de la topografía, algo similar a lo que encontró en Egipto.
“Los egiptólogos decían que los templos estaban orientados hacia el Nilo y nosotros hemos hallado que los egipcios elegían lugares con una orientación astronómica especial y a la vez perpendicular al río”, explica.
Una peculiaridad en la mayoría de lo Ahau, es que están colocados de tal forma, que las estatuas le dan la espalda al mar. Lo que en principio sugiere que la orientación dominante es la topográfica.
Los moais miraban al poblado de sus descendientes, pues se supone que son estatuas de grandes jefes muertos.
Sin embargo, en estatuas situadas en el interior de la isla, los investigadores encontraron una, claramente orientada hacia las Pléyades y otras hacia la constelación de Orión.
La idea de que los “Ahus” y sus moais están orientados hacia las estrellas, parte de las investigaciones que sobre el terreno ha hecho el antropólogo Edmundo Edwards, residente en Pascua y casado con una nieta, del último soberano aborigen de la isla.
Edmundo Edwards había oído las “ideas antiguas y la tremenda importancia” que dan los ancianos de Pascua a las estrellas. Sobre todo a las Pléyades, que ellos llaman “Matariki o pequeños ojitos” y al Cinturón de Orión “Tautoru o los tres bellos”. Pero al Sol, no le prestaban mucha atención.
Para los habitantes de Rapa Nui, las Pléyades indicaban el principio del año. En el mes de Anakena cuando salían al amanecer.
Y marcaban con su última visión de la tarde, la estación de Hora nui, considerada la mejor del año.
Era cuando se abría la temporada de pesca, cuando se realizan rituales en honor de los antepasados. Esto último, frente a los Ahus con sus moais y estaba prohibida la guerra.
Orión también marcaba el principio del año y el inicio de las fiestas principales de la isla. Las “Paina”, ocurría en torno a la primera luna del verano.
En el extremo oriental de Pascua, en la aislada península de Poike. Se encuentra un lugar con una piedra inscrita con grabados. Conocida como “la piedra para observar las estrellas” y próxima a esta, hay otra donde se representaba un mapa estelar.
Para Belmonte y Edwards, este mapa podría ser una representación bastante realista de las Pléyades y la presencia de anzuelos en su decoración sugiere “una conexión con la temporada de pesca”, que venía marcada por el orto y el ocaso de estas estrellas. Precisamente ambas piedras están en el único lugar de Pascua donde se ven las Pléyades al salir y ponerse en un horizonte “despejado”, sobre el mar.
Belmonte explica que los habitantes de Pascua utilizaban las estrellas como guía para la navegación y para el control del tiempo, a través de la observación de los respectivos orto y ocaso en momentos clave del año.
Guiados por las estrellas
La observación de las estrellas es fundamental, para la navegación en el Pacífico, orientarse entre las islas. Un papel “crucial” que pervive en Pascua a diferencia de Canarias, con mucho más relieve geográfico y con unos aborígenes de raíz bereber, con culto al Sol y la Luna.
Según los investigadores el solitario Moai de Ahu Uri a Urenga, habría mirado hacia la salida de las Pléyades. Poco antes de la salida del Sol en el solsticio de invierno, dando así comienzo a un nuevo año pascuense.
Los siete moais de Ahu A Kivi, únicas estatuas de la isla de Pascua que miran al mar. Habrían contemplado las estrellas de Orión, justo cuando éstas se ponían sobre el horizonte marino. Indicando la llegada del nuevo año con la aparición de la luna nueva del mes de Anakena.
Una dificultad para la investigación, nace durante las guerras civiles en la isla, siglo XVIII. Los moais fueron derribados y recién comenzaron a ser reinstalados a partir de la década de los 50 del siglo XX.
El primero que los reinstaló fue el noruego Thor Heyerdahl en la playa de Anakena y desde entonces se han restaurado en varias zonas, una de ellas con 15 estatuas, precisa el astrónomo.
Una importante mayoría de moais permanecen derribados, con sus tocados rojos a varios metros dedistancia y la orientación sólo puede establecerse a partir de la plataforma en la que estaban situados.
Hay pocos lugares en los que se percibe un alineamiento hacia el Sol y curiosamente uno de ellos es el “Ahu RA’ AI”.
RA’ A significa Sol y esta ubicado en un emplazamiento desde donde se produce la salida y puesta de Sol en el solsticio de diciembre sobre dos montañas significativas de la isla.
“Es de los pocos lugares donde se encuentra este tipo de alineamiento y otros Ahu incluyen el nombre de la Luna, Mahina, pero no sabemos muy bien cómo era la influencia lunar en esta cultura”, añade Belmonte.
De la cultura Rapa Nui, se conservan inscripciones en las tablillas de madera Rongo Rongo, aún no transcritas. Una de las más famosas, podría tratarse de un calendario lunar.
Estas plataformas, son recintos mortuorios ceremoniales de rasgos muy variables, como largo, altura, encaje o presencia de esculturas. Fueron construidas para albergar los cuerpos de los líderes, denominados Ariki, de los clanes ancestrales de la isla.
La isla estaba repartida en relación a los clanes, razón de la gran cantidad de Ahus que tiene. El proceso funerario consistió en primera instancia, en cubrir el cuerpo con fibras vegetales. Luego era dejado en la parte delantera de la plataforma, con el fin de ser purificado por los elementos de la naturaleza, en un período de 1-2 años. Siendo esta etapa de carácter religioso-espiritual.
Posterior a esto, los huesos del difunto eran separados de la carne, para luego ser depositados en una cavidad del interior del Ahu, llamada Avanga. Después de cerrada la cavidad y de ser cubierta de gravilla y piedras, se le dispone de un Moai esculpido, llevando en las cuencas oculares ojos de coral con pupila de obsidiana y algunos, con Pukao, moño de escoria roja traída desde Puna Pau.
El Moai era traído desde Rano Raraku. Esto, posiblemente precedido de ceremonias religiosas. La función del Moai en el Ahu en que es colocado, es ser el Aringa Ora o Rostro Vivo del difunto, el intermediario entre el mundo de los vivos y el de los espíritus, la representación del Ariki en el mundo terrenal. Que irradia su mana o poder sobrenatural, característico de autoridades y realeza. Y que refleja la religiosidad en la cultura Rapa Nui.